
Todos estos poemas, canciones, discursos, filosofadas, no tendrían sentido si no sirviesen a un fin más noble, más útil, más artístico (si cabe la contradicción), más vital.
Hoy me he reunido con mi amigo Julián para trabajar en nuestro proyecto de cortometraje y le hemos dado bola a los personajes, los hemos estado construyendo y deconstruyendo, dotándoles de una personalidad, un perfil psicológico e, inevitablemente, el análisis ha ido llevándonos a dar constantes saltos de la ficción a la realidad, a nuestra experiencia. En nuestra empresa, los conocimientos vitales son eso, vitales, para crear algo verosímil y, ¡bingo!, la filosofía ha hecho aparición.
Ha sido precioso ver como los pensamientos de los pensadores más bienpensantes de la humanidad han servido, unas veces, de causa a nuestras disertaciones, y, otras, de efecto de las mismas. Algo tan "inútil" se ha revelado, una vez más, pero hoy con especial fuerza y magia, como eficaz para entender mejor a nuestros personajes y, por ende, a nosotros mismos.
Descartes ha dejado de ser un esnob para convertirse en nuestro camarada de juergas. Nietzsche se ha afeitado el bigotón para darnos ánimos y empujarnos a la lucha. "Schopo" nos ha ofrecido sus toques de cruda realidad.
Qué bonita es la vida.
Addenda:
¡Vosotros creadores, vosotros hombres superiores! No se está grávido más que del propio hijo.
¡No os dejéis persuadir, adoctrinar! ¿Quién es vuestro prójimo? Y aunque obréis «por el prójimo», - ¡no creéis, sin embargo, por él!
Olvidadme ese «por», creadores: precisamente vuestra virtud quiere que no hagáis ninguna cosa «por» y «a causa de» y «porque». A estas pequeñas palabras falsas debéis cerrar vuestros oídos.
El «por el prójimo» es la virtud tan sólo de las gentes pequeñas: entre ellas se dice «tal para cual» y «una mano lava la otra»: - ¡no tienen ni derecho ni fuerza de exigir vuestro egoísmo!
¡En vuestro egoísmo, creadores, hay la cautela y la previsión de la embarazada! Lo que nadie ha visto aún con sus ojos, el fruto: eso es lo que vuestro amor entero protege y cuida y alimenta.
¡Allí donde está todo vuestro amor, en vuestro hijo, allí está también toda vuestra virtud! Vuestra obra, vuestra voluntad es vuestro «prójimo»: ¡no os dejéis inducir a admitir falsos valores!
NIETZSCHE