06 noviembre 2005

Música para volar

Últimamente estoy muy melómano, y voy descubriendo cosas muy interesantes. En los últimos meses me he aficionado a David Bowie (esos teclados de "Lady grinning soul..."), a Pink Floyd (especialmente el "Wish you were here", un discazo...¡esto sí que es buen chill out o lounge o música para relajarse!); A Soda Stéreo, un grupazo argentino con un directo brutal. También a Van Morrison ("Moondance...mmmmm...). Y el otro día, viendo la tele, ¡coño! Me encuentro con un cantante con pinta de flamenco, con cinta en el pelo, y pensé: diós, otro Mierlendi! Pero no, era un pavo que transmitía felicidad sólo mirarle a la cara, no cantaba mal, tenía unas guitarras de verdad, y una letra que invita a la nostalgia. La canción es la que sigue, y el tío se hace llamar "El Arrebato". Rock con solos de guitarras (suaves, eso sí) y mucho estribillo, pero bueno, destacable enmedio de tanta mediocridad rockera (Ese Canto del Loco es que le metería hasta el amanecer...pijocholo!!) Por cierto, el videoclip es precioso:

"Cuando menos te lo esperas va la vida y te sorprende / Tanto tiempo de vacío que se llena de repente / He vuelto a ver a un buen amigo a mi colega de siempre / Ése que nunca se olvida, ése que vive en tu mente /

Como celebrando un gol nos pegamos un abrazo / Parecíamos dos críos nerviosos por encontrarnos / ¿Cómo te trata la vida, cómo te tratan los años? / Qué alegría me da verte y ver que en ti nada ha cambiado /

Y de repente se paró el reloj / Y volvimos a cantar la envidia por José, / Un bocata, una cerveza por el callejón, / Y sentí con alegría cómo nos aplaudía el corazón, /

Y volvimos a ser guerreros por la libertad / Y la luna nos prestó las llaves de todas las calles de la ciudad / Y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos / Maullando en el tejado de la princesa del barrio / Volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas / Y a cantar por Camarón en todas las esquinas /

Paseamos por el barrio rebuscando en sus paredes / Los nombres de viejos colegas con los nuestros aparecen / Éramos una familia que se divierte y se defiende / Cuántas guerras en la espalda guiñándole un ojo a la suerte /

Y de repente se paró el reloj / Y volvimos a cantar la envidia por José, / Y volvimos a sentirnos como lobos callejeros / Fabricantes de la risa, buscadores de respeto / Volvimos a apretar el cinturón de nuestras vidas / Y a cantar por Camarón en todas las esquinas"