Fidelidad a uno mismo
A la inmensa mayoría de personas nos atrae compartir momentos con la del otro sexo (o del mismo), en especial los momentos de cama, lecho o coche, según la disponibilidad económica de la pareja (o trío). Nos encanta acostarnos con una chica (chico o animal), descubrir su cuerpo, hurgar en él, jugar con él, redescubrirlo. Pero llega un momento en que nos cansamos de él. Nos aburrimos de él. ¿Qué nos pasa? Ya no me atrae tanto como antes. Y empezamos a engañar a nuestra pareja: “ya no me tratas como antes”; a los amigos: “ya no se lo curra como antes” y acabamos por hacerlo con nosotros mismo: “ya no me amas como antes”. Pero la pareja está ahí, y hay que salvaguardarla. Esta sociedad de cultura judeocristiana no entiende de amores libres, sino de posesión, propiedad y exclusividad. La maté porque era "mía". Eres "mío", cariño. “Mi” marido. "Nosotros" preferimos. "Nos" han invitado.
Pero nos pueden las ganas de acostarnos con otros. No obstante, está mal visto. Y ello degenera en:
a) folleteos con otras personas a escondidas (por qué se le llama infidelidad? Infieles n son los cristianos, para los musulmanes fanáticos?)
b) Represión, que a su vez degenera en:
b.1) folleteos furtivos, tríos o expresiones sexuales más viciosas de lo habitual.
b.2) discusiones sin venir a cuento, broncas o peor.
Al ser humano le gusta la variedad. Pero el miedo a perder lo conseguido (definición de conservadurismo), provoca que no nos arriesguemos a echar una cana al aire.
Pero, si hoy día ya casi todos sabemos diferenciar el sexo del amor, por qué negarnos nuestros impulsos y, lo que es peor, por qué negárselos al otro?
Hay personas se las dan de progres que dirán que eso está bien si las dos parejas lo pactan desde el primer momento, y que uno no debe hacer lo que no le permite al otro.
A ver, aquí hay varios temas. Uno es que, quién establece pactos al comenzar una relación? Sabe alguien el día en que la pareja deja de ser amiga para ser pareja? Se pide para salir, como cuando éramos unos críos? No, verdad? Entonces, quién se pone a pensar en pactos y alianzas antes casi de saber sus apellidos? Lo bonito del amor no es preguntar, sino responder, actuando. Segundo, no hay que permitir ni dejar de permitir nada. En cualquier momento todo puede pasar, estamos en el libre albedrío, así que de qué sirve imponer normas si, y los que habéis estudiado derecho lo sabéis, una norma no es efectiva ni eficaz si no hay castigo por incumplirla?
Pero nos pueden las ganas de acostarnos con otros. No obstante, está mal visto. Y ello degenera en:
a) folleteos con otras personas a escondidas (por qué se le llama infidelidad? Infieles n son los cristianos, para los musulmanes fanáticos?)
b) Represión, que a su vez degenera en:
b.1) folleteos furtivos, tríos o expresiones sexuales más viciosas de lo habitual.
b.2) discusiones sin venir a cuento, broncas o peor.
Al ser humano le gusta la variedad. Pero el miedo a perder lo conseguido (definición de conservadurismo), provoca que no nos arriesguemos a echar una cana al aire.
Pero, si hoy día ya casi todos sabemos diferenciar el sexo del amor, por qué negarnos nuestros impulsos y, lo que es peor, por qué negárselos al otro?
Hay personas se las dan de progres que dirán que eso está bien si las dos parejas lo pactan desde el primer momento, y que uno no debe hacer lo que no le permite al otro.
A ver, aquí hay varios temas. Uno es que, quién establece pactos al comenzar una relación? Sabe alguien el día en que la pareja deja de ser amiga para ser pareja? Se pide para salir, como cuando éramos unos críos? No, verdad? Entonces, quién se pone a pensar en pactos y alianzas antes casi de saber sus apellidos? Lo bonito del amor no es preguntar, sino responder, actuando. Segundo, no hay que permitir ni dejar de permitir nada. En cualquier momento todo puede pasar, estamos en el libre albedrío, así que de qué sirve imponer normas si, y los que habéis estudiado derecho lo sabéis, una norma no es efectiva ni eficaz si no hay castigo por incumplirla?
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